¿Qué es?

"Una buena práctica no existe sin una buena teoría"

Leonardo da Vinci.

¿Cómo trabajo?

La terapia estratégica se focaliza en la manera cómo funciona y persiste un problema, más que en por qué se formó.

En concreto, el trabajo de un terapeuta estratégico empieza por identificar en manera clara qué ha hecho el paciente para solucionar su problema.

Paradójicamente, es justamente ésto lo que, más que resolverlo, lo complica y lo mantiene. En otras palabras, las personas ante un problema tendemos a repetir los mismos comportamientos creyendo que así, llegará el momento en el que encontrarán la solución.

De lo que no somos conscientes es que si el problema no se está solucionando, es necesario introducir un cambio, cambio que nos es imposible ver justamente porque estamos dentro del problema.

Es por esto que el problema existe en virtud de lo que se ha hecho para solucionarlo.

La terapia se centra en el "aquí y ahora" y el futuro y sólo tiene en cuanta el pasado si se considera necesario.

Tratamiento

¿Cómo trabajo?

La terapia está diseñada para que la persona, aplicando soluciones aparentemente sencillas, pueda resolver el problema de forma rápida y eficaz. Para conseguir este objetivo, la intervención estratégica es de tipo activo y prescriptivo, es decir, el terapeuta prescribe al paciente en cada sesión una serie de tareas que éste deberá llevar a cabo en el tiempo transcurrido entre las sesiones, por lo que el paciente tiene un papel activo dentro del proceso de cambio.

En general, las sesiones se realizan quincenalmente. Es importante que el paciente tenga tiempo entre sesión y sesión para llevar a cabo las prescripciones terapéuticas y poder observar sus efectos. A medida que avanza la terapia las sesiones también se irán espaciando en el tiempo.

El tratamiento se realiza desde la primera sesión. Es por ello que, si la terapia funciona y se desarrolla satisfactoriamente, el paciente experimenta cambios desde la primera o segunda visita.

¿Qué sucede si estos cambios no llegan? A veces una terapia puede no funcionar y no tener los resultados deseados. Ello se puede deber a diferentes causas. Por tanto, al iniciar la terapia, el terapeuta pacta un máximo de 10 sesiones con su paciente. Esto significa que si no ha habido cambios significativos durante las sesiones pactadas se abandonará el tratamiento. Por otra parte, si se realizan cambios en la dirección correcta se seguirá la terapia tantas sesiones como sean necesarias.

El tratamiento se dirige y se focaliza en el problema que trae el paciente, no se analizan si no es necesario otros aspectos de la persona que no estén directamente relacionados con el motivo de consulta.

En el caso de que el paciente sea un niño, se intenta trabajar de forma indirecta con los padres o tutores. En ciertas ocasiones los niños son reacios a acudir a un psicólogo y en muchas otras no es realmente necesario hacerles pasar por un proceso terapéutico. Trabajando con los tutores podemos conseguir de la misma forma los cambios deseados. Sólo cuando sea realmente necesario se realizarán visitas de tratamiento con el niño.